La Rosa del Pecado (2013)

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Entre los siglos XII y XIII, cuando las canciones de los trovadores pasan de canto de ruiseñor a canto de cisne, florece al abrigo de las primeras universidades europeas, la Rosa del Pecado o, lo que es lo mismo, la poesía de los goliardos, clérigos y estudiantes errantes que, entre otras aficiones, escribían canciones. El vino, la taberna, la mujer, el amor en todas sus manifestaciones, la crítica a la Iglesia y al poder establecido son los principales temas de esta poesía goliárdica.
Despreciaron y fueron despreciados, condenaron y fueron condenados, amaron y a veces, fueron amados; bebieron y encontraron en el vino a su musa, jugaron y casi siempre perdieron. Los goliardos desafían por igual al sabio y al ignorante, aman a damas y a campesinas, condenan la avaricia del rico y del pobre, prefieren la taberna a la iglesia, aunque escriban en latín y tengan profundos conocimientos religiosos. Desesperados, con la alegría de vivir a flor de piel, los goliardos eran espíritus libres.

1. MALDITO PINO (José Ignacio Cordero [Adaptación libre de Ich was ein chint so wolgetan Anónimo del s. XII incluido en los Carmina Burana] – José Ignacio Cordero).

Luz en mis pasos, aromas de paz
Siendo doncella el prado me vio pasear
Buscando flores estaba
Mal hombre fui a encontrar,
La flor que yo más guardaba
Él me quería arrancar.

Besa mi mano, atento y leal
Roza mi falda, en eso ya hubo maldad.
Me dice: vamos al bosque
Sombra un pino nos dará
Tengo allí mi arpa y mi lira
Mi canto has de escuchar.

¡Qué pena que el pino que sombra nos daba a mi no me diera un puñal!
Que si yo tuviera un cuchillo en mis manos quedara allí muerto el truhán.

Bajo aquel pino entendí su verdad
no había allí arpa ni lira ni oí su cantar.
Amor le tenía preso
Mordía más que besar
“Te haré mujer” me juraba
“¡qué dulce tu boca esta!”

Busca mi cuerpo, allí no hay piedad
Esto es un juego, me dice aquel falso galán,
Mi lanza esta preparada
Castillos ha de asaltar
Después de lanzar sus flechas
Guarda su arma y se va.

¡Qué pena…

Muera el que finge que sabe cantar
Y roba a doncellas lo que ellas no quieren dar
Que si canciones supiera
No hiciera falta robar
Amor no se niega nunca
A quien canta de verdad.
¡Qué pena…

MALDITO TILO (Ich was ein chint so wolgetan Anon. s. XII Carmina Burana)

Yo era una muchacha muy bonita que florecía en su virginidad; todo el mundo me elogiaba y agradaba a todos.
Quise ir al prado para recoger flores cuando un bruto descarado quiso tomar mi hermosa florcilla.

Ay de mí, ¡Malditos sean aquellos tilos que surcan el sendero!

Me cogió de la blanca mano (pero no indecorosamente), y me llevó con él hacia el prado (muy astutamente).
Me tocó mi vestidito blanco (bastante indecentemente) y me llevó de allí por la mano (muy violentamente).

Ay de mí, ¡Malditos sean aquellos tilos que surcan el sendero!

Él dijo: “Vamos mujer que el bosque está lejos”¡Ay! ¡Cómo odio este sendero! ¡Que arrepentida estoy de aquello!
“Allí no muy lejos del sendero, hay un hermoso tilo; allí he dejado mi arpa, mi tambor y mi lira”.

Ay de mí…

Cuando llegamos junto al tilo, dijo: “sentémonos”. El amor lo alcanzaba. “Hagamos un juego”.
Me tocó los blancos labios (no sin temor) y me dijo: “Te voy a hacer una mujer. ¡Que dulce es tu boca!.

Ay de mí…

Me arrancó el vestido, descubrió mi cuerpo y atacó mi pequeño castillo con su lanza levantada.
Después tomó su carcaj y sus flechas. ¡Fue una bella caza! Tras haberme engañado, me dijo: “Ahora, el juego ha acabado.”

Ay de mí…

– Voz: Alicia Hervás.
– Violín: Manuel Briega.
– Guitarra acústica: José Ignacio Cordero.
– Pipe: Carlos Mata.
– Guitarra eléctrica: Adrián Rodríguez de Borlado.
– Flauta: Vicente Simón.
– Viola: Tilo Serrano Villalba.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.
– Teclado: Julio Awad.

2. EN MIS SUEÑOS (Pep Burgoa [Adapt. libre de De somnio incluido en Las canciones amorosas de Ripoll] – José Ignacio Cordero).

EN MIS SUEÑOS

No es inútil soñar y por mucho que quiero
día a día olvidarlo, nada es como en los sueños,
porque en ellos cabalgo como el sol el invierno,
porque en ellos la rama no se inclina ante el viento.
No es inútil soñar, siempre es mayo en mis sueños
y florecen los campos, y despiertan los cuerpos

Cuando tú me convocas, entre salvia y espliego,
me dirías dormido y ando más que despierto.
Soy de Venus amigo y leal caballero,
para tan noble oficio hace falta ser diestro

No es inútil soñar, es el sueño un misterio
como sombra de dioses, como estrella sin cielo
como lunas remotas, como pétalos secos
que olvidaron los años en un libro de versos.
No es inútil soñar porque el sueño es sereno,
las heridas no sangran y no duele el silencio,

Cuando tú me convocas…

No es inútil soñar, porque sólo en mis sueños
tus encantos me brindas y yo bebo por ellos
se porfía desnudo y se premia al discreto,
los favores de damas, que no salgan del lecho.
No es inútil soñar, y pues dulce es el sueño,
ven conmigo a gozarlo, y no despertaremos.

Cuando tú me convocas…

– Voz y guitarra acústica: José Ignacio Cordero.
– Teclado: Julio Awad.
– Violín: Manuel Briega.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.
– Flauta: Vicente Simón.

3. CANCIÓN DE GOLIARDO (Pep Burgoa).

Yo, que nunca tuve talento
ni oro para seros amado,
ni fui nunca bastante necio
para enmohecer entretanto,
bailaré, feroz, sobre el cielo,
hasta que se caigan los santos,
y cuando amenacen sus iras
yo os daré refugio en mis brazos.

Sobre todo a vos, la infiel,
la sublime rosa del pecado
que mordéis mis guantes,
que trucáis mis dados,
que, sin previo aviso,
me bebéis de un trago,
sobre todo a vos…

Yo, que nunca tuve la risa
lo que se dice a flor de labios,
que no entré a menudo en el mundo
porque andaba siempre ocupado,
bailaré, feroz, sobre el viento,
la hoja vos, temblando en el árbol,
y cuando amenacen ladrones
mi cuchillo sabrá guardaros.

Sobre todo a vos, la infiel…

Yo, que nunca llegué a buen puerto,
que nací carne de naufragio,
que antes de existir paraíso
yo ya había sido expulsado;
que no hay calor que a mí me baste,
yo soy de la piel del diablo;
bajo tus faldas atesoro
mi mejor cetro de goliardo.

Y me pierdo en vos, la infiel,
la sublime rosa del pecado,
que mordéis mis guantes,
que trucáis mis dados,
que, sin previo aviso,
me bebéis de un trago,
y me pierdo en vos…

– Voz: Pep Burgoa.
– Guitarra y buzuki: José Ignacio Cordero.
– Percusión: Fran Gude.
– Viola: Tilo Serrano.

4. DANZA DE GOLIARDO (José Ignacio Cordero).

– Guitarra y mandolina: José Ignacio Cordero.
– Pipe: Carlos Mata.
– Flauta: Vicente Simón.
– Percusión: Fran Gude.

5. PAISAJE DE DESPEDIDA (Pep Burgoa [Adapt. libre de De ramis cadunt folia de la tradición de Golías] – José Ignacio Cordero).

Caen las hojas lentamente
caen las hojas de las hayas
y los chopos
y en el cielo el sol abdica
de su trono

A las cosas delicadas
daña el frío y ahora el frío
del invierno
como un toro huraño y triste
va embistiendo

Otra vez sin hierba el prado
y anegado cada surco
por la lluvia
se ha rendido el horizonte
a la llanura.

Un paisaje entumecido
donde sólo yo me quemo
-brasa viva-
mientras yace el pensamiento
con mi amiga

Y aunque la marea es alta
y la luna llena invita a
la partida
me retienen dulces anclas
tus caricias

No hay ventisca que doblegue
a este fuego que no es fatuo
y enamora
cae la noche pero escucha
no estás sola.

– Voz: Amancio Prada.
– Dulcimer y guitarras: José Ignacio Cordero.
– Teclado: Julio Awad.
– Viola: Tilo Serrano.

6. EL ÚNICO DIOS (Pep Burgoa [Basada en el poema “Encuentro con la amada”, de Gualterio de Chatillón] – Vicente López Serrano).

Basado, libérrimamente, en el poema “Encuentro con la amada”, de Gualtero de Chatillón, y más en general, en los múltiples textos goliárdicos que celebran el final del frío y la eclosión de la primavera.

… Y dejó el invierno de morder.
Y la luna se quitó el antifaz.
De la oscuridad, emergió un ciempiés.
Y del páramo un cañaveral…

Y la suave brisa se desnudó.
Y traía sus tañidos de miel
en la tarde azul
sonaban como tambores de resurrección.

Y algo que apenas se presentía,
algo que no sabría explicar,
varó a la orilla del nuevo día
y sin palabras supo cómo hablar.

Dulces caricias abandonadas
que no ha olvidado nunca mi piel,
y en otros tiempos con más fortuna,
me despertaban al amanecer.

Tras un breve sueño, la vislumbré
entre tallos de amapolas al sol.
“Te esperaba, ven”, dijo, y se entregó
y abracé una sombra, nada más.
Eran sus besos como un elixir
de una antigua ciencia sin descifrar,
y su cuerpo el dios,
el único dios
al que yo podría suplicar.

ESTRIBILLO

– Voz: Paco Bello.
– Guitarra acústica: Luis Mendo.
– Banjo, mandolina, armónica y arpa de boca: José Ignacio Cordero.
– Dobro: Luis Ángel Rodríguez Tinaquero (Slim Slide Louis) Cortesía de Miki Nervio & the bluesmakers.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.
– Violín: Manuel Briega.
– Piano: Julio Awad.

6. VIVO AL RASO (Pep Burgoa – Vicente López Serrano).

Vivo al raso,
las estrellas son mi guía,
mi fortuna,
mi infortunio, todo y nada,
las estrofas ondulantes de la vida.

Canto a veces con la alondra,
con el viento a veces canto,
y mi voz no es la más clara,
porque la templa el diablo
para hacer de mi esta noche
su cautiva y tu naufragio.

Vivo al raso
Cuando crees que regreso
Ya me marcho
Y si vienes te prometo
Muchas leguas mucha escarcha mucho fango.

Canto a veces con las hojas,
con la bruma y con el agua,
y mi voz no es la más suave
porque al diablo le basta
para hacer de mí esta noche
su ramera y tu esperanza.

Vivo al raso,
En ciudades y en los campos,
juego y amo,
amo y juego, y lo que salvo
me lo gasto, poco a poco, en condenarme.

Canto a veces con la lluvia
Con el fuego a veces canto
y mi voz no es la más bella
porque está hecha de barro,
para hacer de mi esta noche
tu silencio y mi fracaso.

– Voz: Alicia Hervás.
– Teclado: Julio Awad.
– Arpa: Elena Aker.
– Viola: Tilo Serrano.
– Guitarra eléctrica: José Ignacio Cordero.

7. CULTO DE BACO (Pep Burgoa [Adapt. de In taberna quando sumus anón. incluido en los Carmina Burana] – José Ignacio Cordero).

Cuando en la taberna estamos, nada nos importa el mundo,
ni que el viento encrespe el agua ni que el fuego esparza el humo;
si una apuesta afortunada nos escancia su mistela,
ordenamos una ronda para todos y es la fiesta.

Unos juegan, otros cantan, y los hay que se desnudan,
a la sombra de unos pechos y a resguardo de la lluvia;
nadie teme allí a la muerte porque el vino ahuyenta el llanto;
que loado sea por siempre el dulce nombre de Baco.

Bebe el necio y bebe el sabio, bebe el noble y bebe el siervo,
bebe el negro, bebe el blanco, bebe el manco y bebe el tuerto;
sedentarios y errabundos, diligentes, perezosos,
estudiantes desplumados y tahúres, beben todos.

Brindaremos por los vivos y por los que ya se fueron,
por los ángeles borrachos que nunca pisan el cielo;
larga vida a los sarmientos y a los pámpanos dorados,
larga vida a las muchachas que nos prestan sus encantos.

Una copa por las cautas y otra por las atrevidas
la tercera por la reina y la cuarta por sus hijas
la quinta por las esposas, la sexta por las amantes
siete copas por si quieren unas y otras desquitarse

Bebe el necio y bebe el sabio…

Los juglares, los tullidos, los bufones, los maestros,
los solteros y las viudas, los verdugos y los reos;
bebe el viejo, bebe el joven, bebe el Papa y el Diablo,
bebe el rico porque es rico y el que no por olvidarlo.

Por desdenes y amoríos, desahogos y esperanzas,
Por razones de gran peso que no las explica el agua;
Canta el oro sus hazañas en las almas generosas
y no nos quedan más brillos para invitar a otra ronda.

Bebe el necio y bebe el sabio…

– Voz: José Ignacio Cordero, Adrián Rodríguez de Borlado, Pep Burgoa, Amancio Prada, Bernardo Fuster, Paco Bello.
– 2ª voz: Fran Gude.
– Violín: Manuel Briega.
– Guitarra, mandolina y vihuela: José Ignacio Cordero.
– Guitarra eléctrica: Adrián Rodríguez de Borlado.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.
– Teclado: Julio Awad.
– Viola: Tilo Serrano.
– Flauta: Vicente Simón.
– Percusión: Carlos Mata y Fran Gude.

8. LAMENTO DEL CISNE ASADO (Pep Burgoa [Adapt. de Olim latus colueram anónimo incluido en los Carmina Burana} – Adrián Rodríguez de Borlado).

Yo era el cisne más blanco
De las aguas tranquilas de aquel lago encantado
Una hermosa doncella
Me ha tendido la mano y he comido de ella
Luego bajo el sol tibio
De un crepúsculo rosa se ha bañado conmigo
Pero más que el esbelto
Flamear de mis alas anhelaba mi cuerpo

Pobre de mí pobre de mí
Que pintando tan bien todo termine así

Hija de un carnicero
Y su voz sin embargo como de terciopelo
“Leda” la muy ladina
Me ha llamado y sus tratos huelen a chamusquina
Quiero darme a la fuga
Pero unos emboscados han venido en su ayuda
Ya me placan un ala
Ya me agarran del cuello ya me tuercen las patas

Pobre de mí pobre de mí
Que tan caro pagué lo inocente que fui

Ahora giro y me tuesto
Ensartado en un palo sobre un fuego de enebros
Y me adoban y salan
Y no pueden negarme que me miran con ganas
Que sin ser un profeta
Ya me veo en el centro de una mesa bien puesta
A merced de siniestros
Comensales venidos para hincarme de lejos

Pobre de mí pobre de mí
¿De qué sirve tener canas y pedigrí?

Como soy vanidoso
Aun en trance tan duro me conmueve un elogio
Cuando ensalzan mis carnes
Y hablan de ellas lo mismo que hablan de sus amantes
Cuando embriago su olfato
Con la sabia eficacia de un licor delicado
Triste y necio consuelo
A los pobres les dicen que merecen el cielo

Pobre de mí pobre de mí
Que tan alto volé y de tan alto caí

– Voz: Adrian Rodríguez de Borlado.
– 2ª Voz: José Ignacio Cordero.
– Coros: Patricia Iglesias y Fran Gude.
– Hammond: Julio Awad.
– Guitarra acústica: Luis Mendo.
– Guitarra eléctrica: Luis Mendo y Adrian Rodríguez de Borlado.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.
9. DONCELLA EN PRIMAVERA (José Ignacio Cordero [Adapt. libre de Levis exurgit Zephirus Anón. del s. XI recogido en Las Canciones de Cambridge] – Alfonso X (Cantiga 353 Quen a omagen).

Ya se van los fríos del invierno
y abre un párpado de fuego el sol
duelen más en mayo que en febrero
las heridas de mi corazón

¡Ay de mí! Que estoy sola en casa
nadie hay que me de su amor.
¡Ay de mí! Que así todo es nada.
Tanto bien no cabe en mi canción.

Qué colores trae esta mañana
con qué voz entona el ruiseñor.
Hora es de bailar dicen las ramas,
triste baile al lado del dolor.

ESTRIBILLO

Como luz que duerme en una cueva
o el vestido al fondo de un arcón
como niebla de esta primavera
como lágrima en un río soy

ESTRIBILLO

Sueña, primavera, entre tus rosas
no te alejes sin decirme adiós.
que mi pena no sea tu sombra
óyeme y olvida mi canción.

ESTRIBILLO

– Voz: Alicia Hervás.
– Teclado: Julio Awad.
– Arpa: Elena Aker.
– Guitarra acústica: José Ignacio Cordero.
– Flauta: Vicente Simón.
– Viola: Tilo Serrano.
– Guitarra eléctrica: Adrián Rodríguez de Borlado.
– Pipe: Carlos Mata.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.

10. EL HIJO DE LA NIEVE (José Ignacio Cordero [Adaptación libre de Modus Liebinc incluido en Las Canciones de Cambridge] – José Ignacio Cordero).

Un mercader de Suecia
en sus naves se alejaba
de su casa y su mujer
de su mujer casquivana.

Cerca ya de su destino
gran tempestad se levanta
ruge el mar como una fiera
y al punto el barco naufraga.

Vientos del sur y las olas
al mercader arrastraban
después de mucho luchar
hasta una playa lejana.

Mientras tanto su mujer
no se aburría en su casa
todos los hombres del pueblo
a ella la visitaban.

Los jóvenes y los viejos
todos por allí pasaban.
No tardó en nacer un hijo
que su traición demostraba.

Tras dos años de destierro
el mercader vuelve a casa
con el chiquillo en brazos
su esposa bien lo besaba.

Mira el buen hombre al pequeño
y dice allí sin tardanza:
“Dime de quién es el hijo
o márchate de mi casa”.

Con mucho miedo la esposa
una mentira inventaba:
Óyeme marido mío
la historia de mi desgracia.

Un día de mucho frío
por el monte paseaba,
buscando saciar mi sed
bebí una nieve hechizada.

En mala hora bebí
de aquella nieve malvada
que cuando en mi cuerpo entró
quedé de ella preñada.

El mercader tras un tiempo
otro viaje prepara
y al hijo de la nieve
consigo se lo llevaba.

Ha llegado al primer puerto
pone a la venta su carga
y vende también al hijo
por cien monedas contadas.

Cuando a su tierra regresa
miente a su esposa en su casa
“Mujer he perdido al hijo
aquel al que tanto amaba.

Tras una dura tormenta
llegamos a tierra extraña
tanto calor allí hacía
que el sol bien nos abrasaba

Y allí el hijo de la nieve
como hecho estaba de agua
se derritió por completo
y de él ya no quedó nada.”

Una mentira por otra.
La esposa quedó callada.
Muy justo es que se derrita
lo que ha nacido del agua.

– Voz: José Ignacio Cordero, Adrián Rodríguez de Borlado, Alicia Hervás.
– Guitarras: José Ignacio Cordero.
– Serrucho: Diego Galaz.
– Viola: Tilo Serrano.
– Teclado: Julio Awad.

11. DON DINERO (Jose Ignacio Cordero [Adapt. libre de Manus ferens munera anón. del s. XII Carmina Burana] – Schiarazula marazula recopilada por Giorgio Mainero XV).

DON DINERO

Qué bueno es don Dinero que
nos hace a todos buenos, y
con él de compañero fiel,
nunca nos perderemos, no.
Cuando don Dinero habla bien
se nos tuerce hasta el Derecho y no
hay ladrones con dinero que
no se libren de prisión.

Preocupa más al clérigo
el pago de sus misas que
la salvación del alma de
los fieles de su iglesia pues
don Dinero es el buen Dios que da
el perdón de los pecados y
hace santo al poderoso que
por su bolsa se salvó.

La voz de los malvados es
muy blanda con los ricos y
la mala suerte está siempre
del lado de los pobres que
con impuestos pagan siempre su
triste paso por la tierra y no
se les cumple el “Dad y se os dará”
que la Biblia prometió.

De montes hace llanos y
de piedras hace pan también
verdad de la mentira y
virtud de los delitos que
no hay milagro que no sepa hacer
infinito es su poder que da
penas y alegrías por igual
don Dinero es nuestro Dios.

Se trata de una danza cantada italiana de finales del siglo XV: Schiarazula marazula (Schiaràzzola Maràzzola). Recopilada por un tal Giorgio Mainero en una colección de finales del XV Il Primo Libro de Balli, aunque seguramente él sólo la recopiló y se tratara de una melodía anterior.
Parece ser que esta melodía formó parte de un ritual pseudo-religioso de origen precristiano llevado a cabo por una secta y sacralizado posteriormente por la iglesia (como tantos) en este ritual se invocaba a la lluvia (rogativas) en la noche de Pentecostés en el norte de Italia. En 1624 la inquisición lo prohibió. La melodía no obstante se ha perpetuado por muchos otros. De Italia parece ser que pasó a Francia donde se conoce como Branle de Malta. Es decir, es un branle. Parece ser que el nombre viene de “scjarazz” (caña) y “marazz” (hinojo) por ser estos elementos parte del citado ritual.

– Voz: Adrián Rodríguez de Borlado y José Ignacio Cordero
– Teclado: Julio Awad.
– Vihuela, guitarra acústica y mandolina: José Ignacio Cordero.
– Guitarra eléctrica: Luis Mendo y Adrian Rodríguez de Borlado.
– Batería: Carlos Sánchez.
– Bajo: Paco Bastante.
– Viola: Tilo Serrano.

12. CONFESIÓN DE GOLÍAS (José Ignacio Cordero [Adapt. de Estuans intrinsecus del Archipoeta de Colonia s. XII] – Luis Mendo y Bernardo Fuster).

Como una hoja en las manos del viento
así es mi pobre cuerpo de ligero,
pero arde mi corazón que es de fuego
y baño mis palabras en veneno.

Si busco a mis iguales sólo encuentro
truhanes y criados del desprecio.
Lo serio no lo busco yo en mis gestos,
la risa es lo mejor para este necio.

Camino ancho dadle a mis deseos
y sálvese el que quiera, yo me pierdo.
En vicios y placeres paso el tiempo,
derrota el cuerpo al alma en este duelo.

Perdón pido, de buena muerte muero
herido por la espada del deseo,
por bellas doncellas el seso pierdo
si no las toco, en sueños las poseo.

Sin duda éste es mi pecado primero,
se quema todo el que vive en el fuego
que todos mis caminos van al lecho,
si Venus me llama siempre obedezco.

¿Quién pone a la naturaleza freno?
De nada sirven leyes para el cuerpo
que al ver a una doncella olvido el cielo
y cambio el Paraíso por sus besos.

Muy solo no estaré allí en el infierno
si lo que nos dice la Iglesia es cierto.
Acostumbrados estamos al fuego
los que a Venus dedicamos el tiempo.

Que vivo en la taberna no lo niego,
también morir en ella quiero,
que jarra en mano moriré bebiendo
y otra ronda pediré en el cielo.

El vino de la taberna prefiero,
el vino de la misa no es tan bueno.
Y más que al cura al tabernero quiero,
de tal vino tal verso y compañero.

Culpable soy, mis pecados no niego.
Me atacan sin piedad por mis excesos
la gente que hace lo que yo confieso,
los falsos que se jactan de ser buenos.

La piedra primera coged del suelo,
quien libre esté de pecado, sin miedo,
que apunte y que comience el apedreo
por ser poeta yo perdón no espero.

– Voz: Bernardo Fuster.
– 2ª voz: José Ignacio Cordero.
– Guitarras y programaciones: Luis Mendo.

Músicos, equipo técnico y colaboraciones:
• Producción musical dirigida y realizada por Fran Gude
• Grabado, mezclado y masterizado en los Estudios Kepler por Fran Gude
• Asistentes de grabación: Alfredo Jiménez y Saúl Hernando
Grabaciones adicionales… Estudios Gourmetsound Estudios”, A Coruña de Alfonso Camarero (Whashboard Plof); Estudios Tintagel Herencia (Ciudad Real); Estudio de Suburbano.
• Producción: José Ignacio Cordero.
• Ilustración: Alicia Contreras.
• Fotografías: Ángel Cordero